Habrás escuchado hablar de un virus conocido como HPV (virus del papiloma humano), que posiblemente haya padecido alguien que vos conozcas, ¿no?
Este virus afecta a un gran porcentaje de la población, principalmente a mujeres jóvenes, cuando inician su actividad sexual o en etapas tempranas de su vida, pero puede contraerse a cualquier edad, por ejemplo, en el periodo del climaterio, situación que puede verse favorecida por la adquisición de nuevas parejas a una edad más madura o por la reactivación de infecciones previamente no detectadas adquiridas a una edad más temprana causada por una pérdida gradual de la inmunidad ocasionada probablemente por influencias hormonales .
Se estima que cerca del 80 % de las personas, varones y mujeres, estarán en contacto alguna vez con algún tipo de HPV, ya que es muy común y de fácil transmisión.
Este virus se transmite por contacto genital, más a menudo por relaciones sexuales vaginales y anales, pero también se puede transmitir durante las relaciones sexuales orales y el contacto entre los genitales. El HPV se puede transmitir entre parejas heterosexuales y homosexuales, aún cuando la persona infectada no tenga signos.
También puede transmitirse al recién nacido durante el parto, en aquellas mujeres que tengan lesiones evidentes en los genitales.
Se conocen más de 150 tipos virales, dentro de los cuales alrededor de 40 se asocian a infecciones genitales y aquellos llamados de alto riesgo como los subtipos 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45 son los responsables de causar enfermedad en el tracto genital inferior femenino (lesiones precursoras de neoplasias cervicales, vaginales, vulvares y cáncer de cuello uterino), en menor porcentaje a lesiones del tracto genital masculino (pene, escroto, vejiga) y en ambos sexos a lesiones anales y orales, pudiendo producir cánceres en estos sitios.
Los subtipos de bajo riesgo, principalmente 6 y 11 se asocian la mayoría de las veces a lesiones benignas conocidas como “verrugas genitales “que suelen ser transitorias y excepcionalmente podrían asociarse a lesiones malignas.
Generalmente la infección se adquiere y desaparece espontáneamente con la acción del propio organismo a través de su sistema inmunológico. Otras pasa desapercibida, permaneciendo en el tracto genital inferior (vulva, vagina y cuello) en estado latente, pero en otros casos,el virus produce lesiones que pueden verse, como por ejemplo las verrugas genitales, o no verse, como en el caso de las lesiones en el cuello uterino, que son las llamadas "precancerosas".
Las "verrugas" son específicas de los genitales y distintas a las que aparecen en otras partes del cuerpo. Se localizan en vulva, ano, perineo, escroto y pene. No son malignas, pero si sintomáticas ocasionando prurito, molestias, etc. por lo que afectan mucho la calidad de vida de aquellas personas que las padecen tanto física como psicológicamente.
Las lesiones del cuello uterino, pueden no detectarse en etapas tempranas y evolucionar en un bajo porcentaje y tras muchos años, al cáncer de cuello uterino, que es la enfermedad más frecuente, de las asociadas a la infección viral por HPV de alto riesgo.
Quizás la pregunta sea... ¿Si tengo HPV voy a tener cáncer?
No se sabe quien de las personas infectadas desarrollara algún tipo de enfermedad, pero si se sabe que hay factores que favorecen la persistencia de la infección, disminuyendo la inmunidad natural y otros que predisponen a cambios que pueden llevar a enfermedades como el cáncer de cuello de útero.
Estos son el tipo viral (alto riesgo), el cigarrillo,la adquisición de nuevas parejas, exposición a nuevas infecciones, enfermedades que afectan las defensas, como tratamientos crónicos con corticoesteroides, infecciones como el HIV, embarazo, pacientes con transplantes, etc.
¿Por todo esto, que es lo más importante aquí?
Poder reconocer a tiempo situaciones que podrían desencadenar una enfermedad futura.
Para ello es necesario e indispensable realizar los estudios que permiten conocer esto, que son: el Papanicolaou (estudio de las células que se extraen del cuello del útero) y la Colposcopia, (permite observar el cuello del útero para visualizar lesiones que deban ser estudiadas), exámenes de rutina anuales que son totalmente indoloros y que no demandan más que una media tarde de nuestras vidas.
Algunas situaciones en las que la infección viral no ha provocado ningún cambio, no es posible saber si padecemos de ella con estos estudios, por lo que podemos realizar una técnica de biología molecular, que detecta el ADN viral o sea, la infección en estado "latente", es decir sin que de ningún signo ni síntoma y que el médico no pueda ver con el Papanicolaou ni con la Colposcopia.
Estas técnicas de detección de ADN viral se conocen como detección PCR y/o Captura Híbrida y son de sencilla realización.
¿Podemos prevenir la infección?
Para disminuir las posibilidades de contagio el uso del preservativo es lo más aconsejado y se debe usar en todas las relaciones sexuales, desde el inicio hasta el final. Pero el HPV puede infectar las áreas que no queden cubiertas por el preservativo, por lo que es posible que este no proteja completamente contra el HPV.
¿Existen otras formas de prevenirla?
Desde hace varios años se encuentran disponibles las vacunas contra el HPV.
Se encuentran en el mercado dos. Una que está compuesta por dos subtipos virales (16 y 18) y otra con los subtipos 6- 11-16 y 18 que son los más prevalentes en la población. La primera previene la infección de los tipos virales más comúnmente asociados a la aparición de lesiones en el cuello del útero que pueden desarrollar el cáncer de cuello de útero y en el caso de la segunda también disminuye las posibilidades de presentar verrugas genitales y se ha mostrado que protege contra los cánceres anal, vaginal y vulgar.
Ambas vacunas se recomiendan para niñas de 11 y 12 años y para adolescentes y mujeres de 13 a 26 años que no hayan recibido ninguna dosis o que no hayan completado la serie cuando eran más jóvenes.
Los varones también pueden vacunarse aunque aún no se encuentra contemplado en el calendario nacional de vacunación.
Actualmente nuevas recomendaciones se extienden a mujeres de edades mayores a las anteriormente mencionadas, por lo que podrías consultar a tu médico a cerca de esta indicación.
¿Hay algún tratamiento para la infección viral?
No existe ningún tratamiento especifico para erradicar la infección.
Se tratan, solo, aquellos problemas ocasionados por el virus.
Si podemos incorporar medidas que pueden mejorar las defensas de nuestro cuerpo, como por ejemplo:
- Dejar de fumar.
- Realizar actividad física.
- Disminuir las situaciones de stress.
Importante
✔ Puedo contraer la infección y no conocerla.
✔ Esta puede ser transitoria y no provocar enfermedad en tanto, que si persiste la misma, existe riesgo de desarrollarla.
✔ La mejor forma de prevenir la infección es el cuidado en las relaciones sexuales aunque no se requiera en estas, evitar un embarazo, es decir, a cualquier edad.
✔ Pero no olvidar que siempre se debe continuar con los estudios de detección: Papanicolaou y Colposcopia.
✔ Recordar que para que se desarrolle un cáncer es necesario que pase mucho tiempo por eso es que se puede detectar a tiempo cualquier alteración.
María Mercedes Lasaga.
Medica Especialista Jerarquizada en Ginecología y Obstetricia.
Jefa de Sala del Servicio de Ginecología del H.I.G.A San Martin de La Plata.
Docente de la Cátedra de Ginecología “A” de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP.
Vocal Titular de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de La Plata. SOGLAP.
Miembro de la Asociación Argentina para el estudio del Climaterio. AAPEC.